El 27 de enero fue designado en 2005, por la Asamblea General de la ONU, como el “Día del Holocausto”, en memoria de las víctimas del exterminio nazi. Esta efeméride, tiene su origen, en el día 27 de enero de 1.945, fecha en la que fue liberado el campo de concentración de Auschwitz en Polonia, y donde el mundo se enteró de las atrocidades que los nazis habían llevado a cabo, y que hasta ese momento, tan solo se intuían.
Al leer de nuevo las historias de algunos de los supervivientes de aquel infierno, que la prensa publicó como conmemoración de este día, me vino a la memoria el descubrimiento que, sin querer, realice hace unos años, pueden ser dos o tres, en una de mis visitas, por motivos laborales, al Centro Cívico de la Diputación Provincial de Málaga. En los jardines del mismo, a la izquierda de la puerta de acceso, descubrí un ‘mazacote’ trapezoidal, que llamaba la atención, pero que, como primera impresión, no me parecía nada atractivo. Todo cambió cuando me acerque al mismo, en él se encontraban inscritos los nombres de 142 malagueños, que habían perecido en los campos de exterminio nazis, este era el monumento que la Diputación Provincial de Málaga erigió en diciembre de 2007, para recordar y rendir homenaje a estas personas, hasta ese momento desconocidas para la mayoría de los malagueños. Me quedé allí largo rato, leyendo los nombres, fechas de defunción y localidad de origen de las personas inscritas en el monumento. Se encuentran grabados los nombres de vecinos de Casarabonela, Arriate, Ronda, Guaro, Istán y así hasta de cerca de 50 localidades de nuestra provincia.
El presidente de Diputación durante la inauguración del monolito a los caidos en los campos de exterminio nazis |